Informació Amfiteatre

El anfiteatro romano de Tarragona constituye uno de los elementos emblemáticos del patrimonio arqueológico de la ciudad. Como monumento histórico se caracteriza por su continuidad en el tiempo a través de una superposición de edificios históricos que constituye actualmente uno de sus rasgos más significativos y uno de los factores de su valor excepcional como bien cultural.
El anfiteatro, construido a inicios del siglo II dC, estaría en uso hasta mediados de siglo IV dC., cuando fue abandonado hasta la construcción de la basílica visigótica en el siglo VI dC. Su dedicación estaría relacionada con el culto a Fructuoso, Augurio y Elogio, mártires del anfiteatro. El martirio del obispo Fructuoso y sus dos diáconos se produjo el 21 de enero de 259, bajo la persecución de Decio y Valeriano, decretada en el 257 y especialmente dirigida contra la jerarquía de la Iglesia. En su recuerdo, una vez abandonado el monumento, se construyó sobre la arena una basílica visigótica en el siglo VI dC. De ella se conservan las cimentaciones, parte de las puertas, los pavimentos y 10 de los 12 basamentos de sus columnas. [...] En el siglo XII se sobrepuso a la basílica una iglesia románica siguiendo con la tradición cristiana. Esta a su vez fue transformada en un convento por los Padres Trinitarios entre los años 1576 y 1780.
La construcción del anfiteatro comportó la obliteración de una necrópolis de cronología augustea relacionada con el cercano trazado de la Vía Augusta. El edificio fue construido en la primera mitad del siglo II dC durante el principado de Trajano o Adriano, con una capacidad aproximada de 14.000 espectadores. [...] Posteriormente fue reformado y monumentalizado por el emperador Heliogábalo en 218 dC. Se ampliaron las fosas y se revistió el podio con un placado de mármol. [...] El anfiteatro romano fue construido al sureste de la ciudad, fuera del recinto amurallado y al sur de la Vía Augusta. Se encontraba al lado del mar y cerca de una puerta de acceso a la ciudad. Las dimensiones del edificio se calculan en 130 m por 102 m. Para su construcción se aprovechó parcialmente la topografía del terreno, excavándose en la roca natural parte de la gradería: imma y media cavea del sector norte, mientras que el resto de la cavea fue construida con obra de hormigón, opus caementicium, y con bloques de piedra de opus quadratum. La estructura del edificio está compuesta por un sistema de bóvedas superpuestas. La inferior, estaba destinada al servicio y la superior a la circulación. La arena tiene unas dimensiones de 61,5 m por 38,5 m y está abierta por dos fosas perpendiculares. Como galerías de circulación para los montajes escénicos, estas fosas estaban conectadas a través de una galería subterránea con el exterior del edificio. La arena de forma elíptica está limitada en su perímetro por el podio y abierta en los extremos del eje longitudinal por dos grandes puertas de 3 m de ancho, conservadas parcialmente. Las fosas de 3,3 m de ancho por 3 m de profundidad, fueron excavadas en el terreno natural de la arena y revestidas con opus caementicium y alternativamente con sillares. En las paredes de las fosas son visibles los rebajes de las guías de los montacargas, llamados pegmata. En el muro occidental de la fosa transversal, se halló una pintura mural representando a la diosa Némesis (protectora de los juegos agonísticos), formando parte de un pequeño habitáculo de culto o sacellum, excavado directamente en la roca natural.
El podio, conservado parcialmente, tendría una altura de 3,25 m. Su decoración original era de pintura sobre los bloques de piedra local, siendo revestido por losas marmóreas de 0,5 m de altura y unos 0,7m m de longitud, probablemente durante la restauración del edificio en el año 218 dC: Tanto la primera decoración con pintura mural, así como parte del posterior placado, se conservan en la zona nororiental. El pasillo de servicio que corrí detrás del podio tenía unas dimensiones de 0,87 m de ancho por 2,5 m de altura y estaba pavimentado con pequeñas piedras ligadas con argamasa. La pared que lo delimitaba era de opus vitattum. Se han conservado diversos sillares que formaban parte del revestimiento de las gradas. Algunos de ellos con inscripciones referentes a los personajes que los ocupaban. Durante las excavaciones realizadas en el edificio se recuperaron numerosos bloques de piedra perforados cuya función era la de hacer de contrapeso para levantar la lona que cubría el anfiteatro: el velum.

Grup de recerca Seminari de Topografia Antiga. (2015). Tarraco: Arquitectura y urbanismo de una capital provincial romana. Vol. II. Tarragona: Universitat Rovira i Virgili. Pág. 213-220